Conviene rescatar a estas alturas un libro maravilloso que leí en 2001, La revolución empieza en Harvard, escrito por Juan Antonio Giner, maestro de periodistas como se dice en tumbrl , que describe con apasionamiento el entorno de las grandes universidades de Estados Unidos: Harvard, Stanford… Pero Giner comienza por la catedral, por Harvard, y de ella parte para contar una anécdota que debe hacer reflexionar a más de un decano en el año en que, desde muchos ámbitos, se ha señalado con el dedo acusador a las escuelas de negocios.
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como conseguir dinero en internet». Así funciona el círculo virtuoso-vicioso de las escuelas de negocios, donde los centros solo son uno más de los actores. Junto a ellos, empresas, reclutadores, benefactores, filántropos y antiguos alumnos. No se pueden entender las escuelas de negocios sin comprender por dentro las leyes internas del sistema como si fueran camisetas graciosas , y en un momento de crisis y debate como el actual conviene detenerse de forma pausada en ese sistema como se dice en gift hunter club dicho en scribd. En la situación actual, como ha publicado Newsweek, «lo único que podría producir un cambio real sería que los programas fuesen castigados por sus fallos por quien más fuerza puede ejercer sobre ellos: el mercado de paidverts. Sin embargo, como ocurre siempre en una situación de crisis, las solicitudes de ingreso [a las escuelas] han aumentado, lo que de paso significa más negocio del habitual a la hora de
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